Terapia de Pareja Integral
Recuperar el diálogo, el respeto y el amor en las etapas de crisis
Cuando disfrutamos de una relación de pareja satisfactoria es fuente de plenitud y satisfacción, pero si es conflictiva lo es de frustración, tensión, depresión, ansiedad, e incluso de malestar físico derivado de todo ello. Como consecuencia aparece el deterioro en la relación, siendo uno de los focos de sufrimiento más importantes por los que pasamos en nuestra vida.
¿Cuándo iniciar una terapia de pareja?
Cuando hemos tratado, pero no hemos podido entender y resolver los problemas y cuando nos damos cuenta que no podemos hacerlo solos, es el momento de iniciar una terapia.
La Terapia de Pareja Integral aborda todos los aspectos de la relación, tanto los propios de ésta, los sistémicos- los que pueden provenir de todo el entorno, familia, trabajo, relaciones sociales- y los personales de cada una de las partes – emociones, sistema de creencias y conductas-. Los objetivos de la terapia están dirigidos a conseguir:
• Fortalecer la relación a nivel afectivo, sexual y en la comunicación profunda.
• Aprender a comunicarse y a resolver los conflictos de una forma más positiva.
• Compromiso de comprenderse, respetarse y apoyarse mutuamente.
• Reforzar lo bueno y positivo que cada uno aporta a la relación.
• Descubrir qué se puede hacer para mejorar la relación y para que no se repitan una y otra vez las mismas situaciónes.
Para ello trabajamos en identificar cuáles son los conflictos aparentes y los ocultos y de dónde surgen, tomando conciencia de lo qué aporta cada parte y asumiendo la responsabilidad de los propios personales y cómo afectan a la relación.
La dinámica de la terapia
En una primera sesión cada parte de la pareja tiene su espacio para hablar de su visión de los conflictos y también de sus necesidades en la relación. A partir de aquí se va viendo si la terapia se basará únicamente en sesiones conjuntas, o sí será necesario trabajar paralelamente también con algunas de las partes por separado, con la finalidad de entender y resolver las causas internas, porque de nada sirve establecer pautas y cambios de comportamientos si no actuamos desde la raiz que los están generando. Ésto nos permite avanzar enormemente en las sesiones conjuntas para que el cambio sea más profundo y duradero.
¿Qué pasa si uno de los dos no quiere hacer terapia?
Aún así es posible trabajar para mejorar. En muchas ocasiones cuando una parte de la pareja inicia un cambio, la otra, si realmente está interesada en que la relación continúe, le seguirá. Una relación es como un rompecabezas donde todas las piezas están perfectamente encajadas y si alguna hace un movimiento, por pequeño que sea, todas las demás se irán adaptando a su nueva posición.
También es posible que se llegue a la conclusión de que la relación ya no es enriquecedora y concluya en separación, en este caso se trabaja para hacerlo con el máximo respeto para cada miembro, tanto en el terreno afectivo como material, especialmente cuando hay hijos, reconociendo todos los errores mutuos, pero también valorando todo lo positivo que cada cada uno ha aportado y los momentos felices que se han vivido.