Permitidme que no esté en contra de la violencia machista. Porque si estoy en contra me lleno de ira.

Si estoy en contra te odio a ti, hombre maltratador y ¡qué paradoja! me lleno de violencia.

Y tu te vuelves más violento para poder defenderte de mi agresión.

Permitidme que esté a favor de comprenderte a ti, hombre maltratador. Comprender que el odio y la violencia que vuelcas en las mujeres no es más que el dolor de tu corazón, probablemente porque tu infancia estuvo plagada también de lo mismo.

Quisiera ayudarte a comprender que esa violencia no te hace más poderoso, aunque comprendo que, sintiéndote tan débil como te sientes, probablemente como cuando eras niño, necesites agredir para sentirte fuerte y así tapar el miedo a ser vulnerable.

Quizás también necesites tener un poquito de esa atención y amor que no tuviste cuando eras niño y por eso te sientes celoso.

Pero ya ves los resultados.

Puedes reconocer y sanar las heridas del pasado y transformar esa violencia en fuerza verdadera.

Puedes amar, con ese amor auténtico que enriquece y sana todos los corazones. No tengas miedo de amar, porque el amor te va a hacer más fuerte del que crees que eres.

Y también puedes darte cuenta que tus hijos no son una extensión de tu mujer, son tus hijos y necesitan un padre. Tanto como tu lo necesitaste cuando mucho tiempo atrás eras un niño y quizás no tuviste. ¿Recuerdas cómo eso te hizo sentir? Si, se que duele, pero es la realidad que quieres esconder tras la violencia.

Se que no sabes hacerlo, pero confía que puedes aprender. Solo has de sanar las heridas que aún duelen, aunque estén muy, muy escondidas y que te obligan a relacionarte desde el insulto, el desprecio y la agresión. Eso será también un respeto hacia mismo.

Permitidme ahora vosotras, las mujeres, que no salga a la calle con pancartas con gritos anti machistas, aunque os apoyo totalmente porque también es necesario, porque me siento mucho más útil ayudándote a ti, mujer maltratada.

Ayudándote a que te valores a ti misma.

A que dejes de basar tu fuerza en la de un hombre porque la tienes en ti.

Ayudándote a que transformes la impotencia y el miedo en rabia sanadora que te permita respetarte y sentirte con pleno derecho a decir ¡Basta!

Ayudándote a que te ames, como probablemente nunca, o pocas veces te has sentido amada.

A que comprendas que tu no le puedes cambiar si él no da un paso para hacerlo.

Que comprendas A también que si lo dejas, no le abandonas, solo te estás respetando a ti.

Ayudándote a que comprendas que él tiene la responsabilidad de su vida y que esta responsabilidad no está en tus manos.

A que te des cuenta de que si te controla, insulta o te pega, no es porque te quiera, sino porque él tampoco sabe amar y que la agresión solo es producto del miedo.

Y por encima de todo, a que te des cuenta de las razones que te han impedido hacerlo y puedas así desandar el camino de espinas y dolor recorrido hasta ahora.

En definitiva, ¡Ayudarte a que te ayudes!

Esta es mi labor como terapeuta.

Un terapeuta no puede cambiar a las personas, pero si ayudarles a que se cambien a si mismas.

Montserrat Chando Psicoterapeuta 685.890.497 Barelona

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