Siento decir que no tengo soluciones mágicas que puedas aplicarlas como el que lee un manual de instrucciones, creo que las relaciones de parejas son demasiado complejas para poder aplicar “soluciones de manual”, pero sí que me gustaría poder ir analizando a lo largo de varios artículos algunas de las causas de las crisis de pareja para ver dónde, cuándo y por qué se generan para darse cuenta qué es lo que mejor podemos hacer.
Cuando en consulta las parejas exponen sus conflictos, descartando problemas evidentes como podría ser por ejemplo una adicción por una de las partes, en una gran mayoría de ocasiones se exponen como causas hechos que son insignificantes y que sólo son el detonante de un problema mayor, que como no se habla de la verdadera causa, porque en la mayoría de relaciones se desconocen, se van generando discusiones y más discusiones en una espiral sin fin.
Por esta razón la primera pregunta sería: “¿Me estoy enfadando por esto, o lo que estoy haciendo es manifestar un malestar interior que no tengo ni idea de dónde viene, o si la tengo no hablo de ello?” No, ya sé que no es fácil contestarse. Por esta razón voy a desgranar razones los las cuales solemos discutir.
La comunicación es esencial
Voy a empezar por la falta de comunicación ya que es uno de los problemas más básicos que afectan a las parejas de todo tipo, hetero, homo y bisexuales, y por descontado también a las relaciones en general. Lo primero que deberíamos reflexionar es cómo me comunico con mi pareja, si es desde una mera conversación de cosas y sucesos externos a la relación dando mis puntos de vista, si lo hago sobre las cosas prácticas que atañen al funcionamiento de la convivencia, o si también me comunico desde lo que siento y cómo me siento, de cómo me siento en la relación contigo, de mis necesidades, de lo que me gusta y de lo que me disgusta, de lo que quiero y no quiero.
Cuando esto no sucede y la comunicación es solo superficial, es uno de los temas que generan mucho conflicto en las parejas, puesto que, si no me expreso desde mi interior, mal puede saber el otro por todo lo que estoy pasando. ¿Qué es lo que pasa entonces? Pues que en un rincón de nuestro corazón esperamos que lo adivine y nos de lo que estamos necesitando, porque de una forma u otra creemos que “si me quiere debería saber lo que me pasa o lo que necesito”.
Pero nada más alejado de la realidad ¡no somos adivinos! Se responde así desde la decepción e incluso enfado y con exigencia, muchas veces sin poder darnos cuenta de la relación que tiene con las expectativas no cumplidas, mientras que nuestra pareja reaccionará de una forma u otra en consonancia a nuestra actitud, o sea, o con enfado o con distanciamiento para protegerse.
Evitar la espiral sin fin de discusiones
Y es ahí cuando empieza una espiral que puede que no tenga fin, a menos que nos sentemos, hablemos y nos sinceremos, pero para poder hacerlo necesitamos primero mirar dentro y ver qué es en realidad lo que nos está pasado para poner cada ficha en su lugar y no darle al otro la que no le corresponde, si lo que me pasa es algo sólo mío, si tiene relación con mi pareja, o si me siento así por causas o personas externas.
Puede que no nos comuniquemos por miedo a que nos hagan daño si abrimos nuestro corazón, quizás creemos que no nos van a entender o incluso que nos van a rechazar, es entonces cuando necesitamos darnos cuenta si interpreto mal mi relación, o si mi pareja tiene esta actitud conmigo, o ambas cosas a la vez.
A partir de aquí necesitaremos ir viendo cómo poder resolver lo interno y externo de cada conflicto haciéndose cargo cada uno de su parte, dándose cuenta de cuáles son las emociones y vivencias de mi pasado que estoy volcando en la relación y cuáles son los conflictos reales de la convivencia. Este es quizás, uno de los aspecto más importanes en que trabajamos en la Terapia de Pareja Integral.
Espero que esto pueda aportar un granito de arena en la inmensa playa que son las relaciones de pareja.
Si necesitas asesoramiento sobre cómo resolver tus conflictos de pareja no dudes en llamarme y concertar una sesión gratuita.
¡Hasta la próxima!
Montserrat Chando
Psicoterapeuta
685.890.497. Barcelona