Depresión, Trastorno límite de la personalidad: TLP. Trastorno obsesivo compulsivo: TOC. Fobia social. TDAH. Anorexia-bulimia. Trastorno disocial. Desorden disruptivo de desregulación del estado de ánimo: TDDA. Trastorno disfórico premenstrual… la lista es muy larga y la psiquiatría cada vez la alarga más.
Según datos oficiales son el 40% del
total de las enfermedades. 20% del gasto sanitario. 45-55% del
absentismo laboral. 5% de la población mundial, o sea, una de cada 10
personas.
Pero ¿puede la medicación psiquiátrica sanar el dolor del corazón por las experiencias por las que hemos atravesado a lo largo de nuestra vida?
¿Que vivencias y cuánto dolor puede haber detrás de cada uno de estos diagnósticos?

En mi opinión, ésta pregunta es la primera que nos deberíamos hacer frente a cada uno de ellos, bien como personas que las sufrimos, bien como profesionales, sea en el ámbito que sea, porque detrás de cada “etiqueta” hay una o muchas vivencias que han dejado una profunda huella en la persona.
Huellas que afectan a cómo nos sentimos, a cómo nos vemos y a cómo interpretamos el mundo, que generan los estados emocionales y, por consiguiente, los estados de ánimo y las conductas.
Frente a cualquier diagnóstico que evalúe únicamente los comportamiento y síntomas, necesitamos anteponer a la persona en su globalidad, porque si no, corremos el riesgo de que nuestra visión se quede sólo en el exterior, y no podamos así comprender las causas profundas que nos llevan a comportarnos o sentirnos cómo lo hacemos.
La tarea consiste en desenmarañar todos los hilos que se han ido tejiendo a lo largo de los años, a veces de muchos, para hallar las causas reales de lo que nos está pasando, ya que el dolor del corazón solo se puede sanar mirando hacia dentro, para comprendernos y poder aplicar el bálsamo a todas y cada una de las vivencias que nos han dolido. Sólo el amor y el respeto hacia nosotros mismos puede lograrlo.
Cuando una persona acude a consulta con algunos de los ya casi infinitos diagnósticos de “enfermedades mentales”, cada año se van añadiendo más y más, lo primero que hago es quitar la etiqueta, e indagar cómo se siente, qué es lo que ha vivido a lo largo de su vida, cómo le afectó y qué relación puede tener con lo que ahora le pasa. Puedo aseguraros que en el 100% de lo casos siempre hallamos la respuesta, aunque se haya relegado al nivel más inconsciente, la llave para poder comprender el presente y transformar el estado emocional que subyace bajo todo transtorno mental. No importa el tiempo que haga que estén ahí, la capaciad de sanación que hay dentro de nosotros es infinita. Solo se necesita un deseo sincero, determinación y compromiso con uno mismo.
Como terapeuta trabajo siempre con las causas profundas de todo trastorno, acompañando a la persona desde la profesionalidad, pero también desde el corazón. Si te has sentido reflejado/a en todo lo que he expuesto y lo deseas, puedes llamarme y te orientaré en lo que necesites..
Montserrat Chando
Psicoterapeuta
685.890.497 Barcelona