¿Os ha pasado alguna vez que las relaciones de pareja en lugar de ser una fuente de satisfacción y enriquecimiento mutuo se convierten casi en un calvario? ¿Os habéis preguntado qué relación puede tener  las vivencias de la infancia con la relación de pareja?

Las desavenencias dentro de la pareja aparentemente pueden tener razones muy obvias a simple vista, pero cuando por ejemplo, se desencadena una discusión ¿es siempre la causa aparente lo que la está provocando, o puede haber causas mucho más profundas sin que nos demos cuenta? Esas causas bien podríamos encontrarlas en emociones no sanadas que tienen su origen en la infancia, incluso en las vivencias del nacimiento y de la gestación y voy a poner un ejemplo que no describe a nadie en concreto, pero que es una síntesis de muchos procesos de terapia.

Vamos a trasladarnos al hogar de Alicia y José, aunque de la misma forma podría ocurrir si fuera el de Antonio y Enrique o de María y Helena. Alicia cree que José no la ama, porque no le dedica el tiempo suficiente que ella necesita y por tanto tiene un sentimiento importante de abandono, se siente invisible y poco valorada por él, lo que provoca grandes conflictos dentro de la pareja. Esto es lo que podemos ver a simple vista.

 

Las emociones de la infancia que nos condicionan

Ahora viajemos al interior del corazón de Alicia, a su corazón de niña.

Vamos a hacerlo de la mano de sus principales emociones, las cuales nos van a llevar bien lejos en el tiempo, tan lejos hasta encontrarnos con Alicia niña de tres años, triste porque su papá no está mucho en casa y cuando está no le hace demasiado caso, siempre está ocupado en sus cosas no juega con ella, y cuando quiere estar con él y llamar su atención le dice con cara de pocos amigos: “no molestes que quiero descansar”, lo que la hace sentirse sola, triste, invisible, poco importante y creer que si él no quiere estar con ella es porque en realidad no vale mucho.

Si seguimos viajando por el fondo de su pequeño pero sensible corazón, vemos que es un bebé que acaba de nacer al que su padre ha recibido con distancia y frialdad, porque en realidad no quería tener hijos, quería tener a su mujer para él solo, no compartirla con nadie más, así que no está demasiado contento, aunque no se lo dice a nadie, al contrario, aparenta que está feliz con el nacimiento de su hija.

Pero el corazón de ese bebé reconoce los sentimientos, e incluso los pensamientos de su padre y se siente profundamente dolida y abandonada, creyendo que su padre no la quiere porque ella no debe valer gran cosa, creencia que va a ir reforzando con cada uno de los episodio que viva de abandono, rechazo o “simple” indiferencia de su padre.

 

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Y aquí es cuando podemos ver la causa real de cómo se siente con su pareja actual, nada diferente, por cierto, de lo que pasó con sus dos relaciones anteriores: está volcando en sus parejas las carencias y enfado que tuvo con su padre, especialmente el que no pudo expresar cuando era una niña tan pequeña y de lo que no es en absolutamente consciente, porque en su necesidad de un padre presente y cariñoso lo idealizó, creando una figura paterna totalmente falsa, pero que en albsoluto cubre su necesidad de niña.

Aunque descrito de forma muy, muy esquemática, ésta es una de las causas más importantes de conflicto en las parejas, la dificultad reside en que muchas veces no nos damos cuenta de cúal es nuestra realidad emocional, porque éramos demasiado pequeños para guardar recuerdos, a la vez que nuestra mente, para protegerse del dolor del abandono y de la carencia creará realidades imaginarias de nuestros padres, esperando que la pareja se comporte según esa idealización y llene los vacíos emocionales que dejaron.

¿Qué podemos hacer entonces?

 

Cuando los recuerdos de las memorias han quedado relegadas al inconsciente, como en este ejemplo, la Terapia de Regresión, especialmente cuando está integrada en la Psicoterapia Integrativa, través de una agradable relajación profunda, nos ayuda a desvelar lo que un día quedó almacenado en el inconsciente con llave de seguridad.

A través de ésta terapia no solamente accedemos a la información de lo que pasó, sino también a las emociones y creencias que se generaron, las cuales siguen condicionando el día a día a día y las relaciones, como el sentimiento de abandono, de poca valía, la rabia, la tristeza, con la finalidad de sanarlas y liberarse de la tela de araña que nos mantiene anclados en el pasado como los niños y niñas que fuimos.

Es una terapia realmente muy efectiva porque no se trabaja únicamente en los comportamientos sino que va directa al origen de lo que está bloqueando el camino de la persona. Trabajando conjuntamente con las Flores de Bach, que equilibran todas y cada una de las emociones, y otras técnicas como el Psicodrama, es realmente sorprendente el cambio que las personas pueden llegar a experimentar cuando hallan y comprenden la verdadera causa que las está afectando. Como terapeuta me siento muy afortunada de poder acompañarlas y ver los cambios que se van generando.

Si algo de todo lo que he descrito puede estar pasando en tu vida, no dudes en llamarme, tendremos un primer encuentro, que es gratuito y te explicaré en mayor profundidad todo lo que puedes lograr al comprender y transformar tus emociones y creencias del pasado.

Montserrat Chando
Psicoterapeuta
685-890.497 Barcelona

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